Cuando menos lo esperas, la vida te sorprende. De un momento para otro te llenas de energía y todo comienza a fluir. Te das cuenta de que eso que dolía, ya no duele y que esa herida que estaba tan abierta, cerró y te convirtió en una persona más fuerte. Las oportunidades llegaron y sientes que poco a poco todo está tomando el rumbo que tanto deseabas. Por eso, jamás te rindas. Si no puedes, toma una pausa o busca ayuda, pero no dejes tus sueños de lado. Si le pones amor, tarde o temprano todo llega, no lo olvides.
Tampoco olvides agradecer, por lo bueno y por lo malo.
Recuerda que lo malo te deja grandes lecciones y que te preparan para esa vida que sueñas.
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Veeeeenga, seguro que te encanta la entrada de hoy :D