¿Recuerdas aquella margarita que deshojamos juntos el primer día? Tú estabas empeñada, decías "sí sale sí, es que el destino quiere que estemos juntos". Y salió sí. Pero no. Yo le había quitado una hoja, al darme cuenta antes de empezar de la respuesta que nos daría. Y salió sí.
Ese día me di cuenta de que las cosas importantes no se dejan al azar, de que uno se crea su propio destino.
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Veeeeenga, seguro que te encanta la entrada de hoy :D