Hola, no sé por qué. Sé que tú tampoco. Ya no importa. Vengo del último puerto, donde la dejé; estaba preciosa. Tengo su lágrima atascada en mi garganta y su "no te vayas" retumbando en mis oídos, y por más que intento silenciarlo, no lo consigo. Que no, que no puedo, que yo vivo entre olas, no entre curvas de caderas; sólo el sol puede verme desnudo y sólo el mar conocerá mi alma entera. Soy vagabundo, deambulo, sólo soy caballero ante doncellas. Sabes que no sé querer, que compro ron y amor a partes iguales, para bebérmelo todo cuando la historia se acabe. Yo duelo. He conseguido que putas toquen el cielo y que princesas bajen al suelo. Viajo con los sueños que no cumplo, robo vidas sin sentido y las regalo a los heridos. Y aquí estoy yo hoy; el invencible hecho polvo, he perdido mi poder, he abandonado todas mis fuerzas por aquella mujer. Y allí la dejo, no por buscar a otra, sino por dejarle ser feliz mientras sufro esta derrota. Así que, pásame el ron, amigo. Hagamos lo imposible, ya que yo no voy a olvidarla, recemos porque ella me olvide.
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Veeeeenga, seguro que te encanta la entrada de hoy :D