¡Abrázame fuerte!

Todas soñamos con el principe azul, el Mario Casas de 3MSC, el que queremos que esté ahí y nos demuestre cada día que nos quiere y que quiere pasar el resto de su vida a nuestro lado, el que queremos que no le tenga miedo al amor, a demostrar lo que siente y a gritarle a todo el mundo que nos ama. Vivimos en un mundo en el que últimamente se valoran menos los abrazos, las caricias, los besos... Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que poco a poco el romanticismo esta muriendo. Si nos dedicamos a mirar las últimas conexiones de whatsapp para ver si somos la última persona con la que habló la noche anterior, queremos despertarnos con un buenos días princesa a través de un sms, que ya no existen los abrazos esos espachurrantes que tanto nos gustan, que ahora todo gira en torno a las redes sociales...

Creemos que si venimos de una ruptura dolorosa en la que pensabamos que era la mejor persona que teniamos a nuestro lado que no encontraremos a una igual. Claro que ¡no! La idea es buscar a una muchísimo mejor. Cuando la tenemos y la hemos encontrado, descubrimos que puede ser mejor, nos damos cuenta de que algo falla, algo no va bien. Y es que todas soñamos con el buenos días princesa y el buenas noches, soñaré contigo. Las persona de hoy en día ya no estan dispuestas a luchar por el amor, es triste como alguien le puede tener miedo a eso, algo tan bonito que te hace sentir miles de sentimientos a la misma vez, cuando te entran los nervios al verle, o que con que solo te sonria sientes que ya te ha alegrado el día. Señores, bienvenidos al siglo XXI donde hoy en día se tiene miedo al amor, y solo buscan pasar una noche entre las sábanas de un viejo hotel con una chica fácil.

Por favor revivamos el romanticismo, no puede morir. Que se luche porque cada día sea un día nuevo para enamorarse de la misma persona una y una vez más, que estemos deseando quedar con esa persona aunque solo sea para verla y abrazarla, que lo mismo con pasar una tarde en un banco al lado de esa persona, nos hace más felices y especiales que estar una noche en aquel hotel viejo de carretera con una persona que ni si quiere nos aprecia.