Me gustaría hablar contigo...
- ¿Sobre qué? - preguntó preocupado.
- Sobre cualquier cosa, sólo deseo oír tu voz, tus opiniones. Ver como mueves la cabeza cuando te despeinas, como abres los ojos cuando cuentas algo sorprendente, o como estás a punto de cerrarlos cuando te hacen reír. El tema del que hablemos no es importante, lo importante es que sepa aguantarme sin hacer lo que llevo tanto tiempo deseando hacer.
- ¿Y qué es lo que deseas hacer?
Ella se quedó mirando sus ojos. No sabía si debía hacerlo o si no. Por una parte, deseaba decirle cuanto lo deseaba, pero por otra, tenía miedo a que él desapareciese de su vida. Pensó, se planteó decírselo, y cuando fue a decir las palabras mágicas, él le cortó:
- Tú también me gustas.
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Veeeeenga, seguro que te encanta la entrada de hoy :D