Te pones los cascos, pones una canción, subes el volumen al máximo, te tumbas en la cama, cierras los ojos, escuchas la letra, la melodía, la canción en sí, entonces los recuerdos llegan, se agolpan en tu cabeza, momentos que creías olvidados aparecen de pronto, de la nada, como si siempre hubieran estado ahí, como si los hubieras vivido ayer y entonces abres los ojos, fijas la vista al techo, al frente, notas como todo cuanto ves se vuelve borroso, las lagrimas reclaman salir de su escondite, vuelves a cerrar los ojos, evitando dejarlas escapar, los cierras mas fuerte, pero es inútil los vuelves a abrir y parpadeas un par de veces notando como empiezan a salir despacio, quedándose algunas suspendidas en las pestañas, otras resbalan sobre las mejillas hasta la comisura de la boca y rozan levemente los labios notando ese sabor amargo y dulce que te traen algunos recuerdos, entonces cierras los ojos y te entregas a ellos.
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Veeeeenga, seguro que te encanta la entrada de hoy :D